Desafíos en la Donación de Órganos en Quintana Roo
Persiste la resistencia de familias en Quintana Roo a la donación de órganos a pesar de avances significativos en este campo. La reluctancia a convertirse en donantes se debe, en gran medida, a la falta de expresión de esta decisión por parte de los seres queridos mientras estaban vivos.
Moisés Campos Navarro, coordinador Hospitalario de Donación de Órganos y Tejidos en el Hospital General Regional (HGR) 17 de Cancún, resalta la necesidad de concientizar a la sociedad acerca de la importancia de hablar sobre la donación de órganos en el seno familiar. Esto permitiría tomar decisiones que podrían salvar vidas en el futuro.
En el marco del Día Nacional de la Donación de Órganos, Campos Navarro señala que, en Cancún, la córnea es el tejido más donado, y actualmente se logra trasplantar a pacientes del estado en semanas, en contraste con los meses que solía tomar anteriormente. No obstante, la mayoría de las donaciones provienen de pacientes vivos relacionados, generalmente familiares consanguíneos. La intención es fomentar las donaciones de órganos y tejidos post mortem para ampliar las opciones.
Ara Cariza Varanja, quien recibió un trasplante de córnea en la Ciudad de México el 8 de agosto, confiesa que antes de enfrentar su enfermedad, desconocía el proceso de donación de órganos. Sin embargo, tras su experiencia, su familia ha tomado la decisión de convertirse en donantes. “Nunca me tomé el tiempo para aprender sobre la donación de órganos hasta que lo viví en carne propia. Agradezco que haya donaciones y he comenzado a hablar con mi familia sobre mi experiencia, y todos quieren ser donantes”, afirma.
Tiari Campos Coral, por otro lado, relata que su esposo falleció el 14 de abril, y junto con sus hijas decidieron que fuera donador de órganos y tejidos. Sin embargo, esta decisión generó molestias en el resto de la familia. Esto resalta la importancia de discutir esta decisión mientras las personas aún están vivas. “Gracias a la donación de piel que él hizo, se beneficiarían 50 personas en un incendio. Debemos crear conciencia y ser más humanos para combatir el tráfico de órganos”, comenta.
